La Cocatriz

-Deberiamos alejarnos de aquí- dijo Fruncio asustado
-Eres una cagao de mierda- le insulto Marflex
Corina sonrio, le gustaba ver a Marflex, era tan fuerte y tan valiente.
-Seria mejor hacer caso al anciano ciego del pueblo Marflex, esto no pinta bien…
Habian llegado los tres andando por el camino del valle; Marflex había obligado a venir a Fruncio y a llevarle el pesado arpon, ahora este estaba fatigado y asustado.
-La verdad es que siempre te estas quejando Fruncio- dijo Corina sonriendo.
-Vamos cagao, entra tu primero- y dio un empujon a Fruncio que entro en el antiguo torreón abandonado.
-Hola, hay alguien aquí- dijo Fruncio muy asustado a la oscuridad, en es instante dos luces aparecieron en medio de la negrura, se fijo mejor y vio que eran ojos de un extraño ser.
Fruncio salio corriendo como alma que lleva el diablo pero se topo con Marflex.
-Adonde vas cagarretas, vuelve ahí dentro.
-No pienso entrar aunque me pegues ahí dentro hay un monstruo.
-Jajaja- que divertido eres- respondio Corina.
Justo entonces un ser reptiliano pero con cabeza de gallo, de un metro y medio de largo salio del torreón.
Fruncio cogio a Corina de la mano y se la llevo corriendo.
-¡Corre Corina, aun podemos salvar la vida!
Marflex se quedo mirando a ese ser y cogio su fuerte puño y le envistió, en ese momento la cocatriz le pico y quedo convertido en piedra.
Mucho tiempo después Fruncio paseaba por allí con su nieta y vieron la estatua:
-Mira, ese era el chaval que me pegaba de joven, tan duro y tan estúpido…

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