Arthur

Aquella noche Arthur estaba en su mejor momento, había marcado seis tantos y se había convertido en el héroe del partido, por eso había salido muy cansado del estadio de futbol americano, en medio de la noche nublada, comenzó a llover.

Arthur se sentó en el coche y resoplo

-No te cansas machote- dijo Marq- la verdad ya me gustaría jugar como tu

--Ya será menos- expreso Arthut en tono bajo mientras miraba por la ventana como las gotas de agua resbalaban por el cristal.

Marq le llevo recorriendo las pequeñas calles de chalets hasta que llego a la casa de Arthur.

Marq aparco el coche al lado del pequeño jardín y dijo:

-Venga, ya has cumplido por hoy.

-Te apetecería tomar un chocolate caliente con croissants, me los he comprado antes de venir

-Claro que si tío- dijo Marq en tono alegre

Bajaron con un impermeable, Arthur abrió la puerta y entraron goteando.

-Bajando las escaleras hay un ropero, déjalo allí- dijo Arthut a Marq.

Marq se dio la vuelta y en ese momento Arthur le cogio del cuello y empezó a ahogarle por sorpresa, y en un momento le arrojo escaleras abajo.

Entonces los duendes de confite que vivían en el sótano comenzaron a pegarle bocados mientras emitían sonidos chillones.

Arthur los tenia allí desde que compro la casa a su anterior dueño y ahora debía de encontrar otro tonto al que invitar a su casa antes de un mes, o eso, o se lo comerían a el.

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