LAS LIEBRES
A TRAVES DE LA PUERTA
-Te aseguro que si existe- le dijo Pardo a Blanco.
-Cuentos de hadas- respondio Blanco
Y los dos siguieron brincando por la ciudad
Entonces aparecio Aguti.
-De que hablababais chicos.
-Nada, este idiota que dice que hay una madriguera magica que te transporta a otro universo.
-Mmm…- respondio Aguti.
-No lo creeras tu tambien
-No lo se, solo que hace mucho tiempo, dejad que os cuente lo que vi con mis propios ojos:
Salimos de la ciudad de las madrigueras y nos internamos en el bosque Rosado y yo después de salir del instituto y una vez que nos encontramos alli vimos algo extraño, era una puerta fosforescente que brillaba.
Nos internamos en ella y seguimos por un tunel hasta que vimos la luz del sol, entonces vimos algo extraño, eran como los humanos esas bestias que nos ayudan con la carga; solo que andaban erguidos y con ropa y ademas portaban escopetas.
Nada mas verlos Rosado y yo nos asustamos, entonces uno de ellos alcanzo a Rosado de lleno, se lanzaron como si fuera su presa pero al mirarlo bien parece que se asustaron y lo dejaron.
Yo mismo lleve el cadáver de Rosado a traves de la madriguera y después de mucho papeleo al no portar yo arma se me declaro inocente.
-¡Menudas gilipolleces nos cuentas!- exclamo Blanco y volvio dando saltos a la ciudad de las madrigueras.
-Te aseguro que si existe- le dijo Pardo a Blanco.
-Cuentos de hadas- respondio Blanco
Y los dos siguieron brincando por la ciudad
Entonces aparecio Aguti.
-De que hablababais chicos.
-Nada, este idiota que dice que hay una madriguera magica que te transporta a otro universo.
-Mmm…- respondio Aguti.
-No lo creeras tu tambien
-No lo se, solo que hace mucho tiempo, dejad que os cuente lo que vi con mis propios ojos:
Salimos de la ciudad de las madrigueras y nos internamos en el bosque Rosado y yo después de salir del instituto y una vez que nos encontramos alli vimos algo extraño, era una puerta fosforescente que brillaba.
Nos internamos en ella y seguimos por un tunel hasta que vimos la luz del sol, entonces vimos algo extraño, eran como los humanos esas bestias que nos ayudan con la carga; solo que andaban erguidos y con ropa y ademas portaban escopetas.
Nada mas verlos Rosado y yo nos asustamos, entonces uno de ellos alcanzo a Rosado de lleno, se lanzaron como si fuera su presa pero al mirarlo bien parece que se asustaron y lo dejaron.
Yo mismo lleve el cadáver de Rosado a traves de la madriguera y después de mucho papeleo al no portar yo arma se me declaro inocente.
-¡Menudas gilipolleces nos cuentas!- exclamo Blanco y volvio dando saltos a la ciudad de las madrigueras.
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