EL CONSEJO DE LA ABUELA
-Marta- dijo Antonio- deberiamos irnos salir cuanto antes.
Marta siguió haciendo la maleta sin hacerle mucho caso.
-Antonio- dijo al fin- no se si es buena idea todo esto.
-No iras a creer a tu abuela, no hay ningun duende en ese valle, ni se come a la gente
-Digas lo que digas no me apetece mucho ir, la abuela puede ser muy fantastica y supersticiosa pero siempre me ha dicho la verdad
-Esto es de coña- dijo el muy indignado y salio cerrando la puerta de sopeton.
Un dia después estaba sentado junto a otros tres chicos en el bosque.
-Jacinto- dijo Antonio- Deberias ir a por unos troncos para hacer leña.
-Ve tu, a mi que me cuentas.
-Bueno- dijo Gabriel- ire yo
Paso una hora y Gabriel no volvio.
-Jacinto- volvio a repetir Antonio- este gilipollas se ha vuelto a su casa, ve a buscar leña
-A mi que me cuentas, ve tu a por ella.
-Bueno- dijo Guillermo ire yo
Paso una hora y Guillermo aun no habia regresado.
-Esto es el colmo- gruño Antonio
-Yo me piro tio, esto es un coñazo- dijo Gabriel y se marcho.
Antonio un cuarto de hora después estaba andando de vuelta a su casa por el bosque; empezaba a anochecer y no encontraba el camino.
Entonces tropezo con algo, ¡¡¡un craneo humano!!, y entonces vio un monton de cráneos humanos en el suelo, y al lado una cascada entre musgo y helechos.
Antonio miro hacia alli y vio un ser espigado de color verde de dos metros y medio con los ojos enrojecidos y una larga nariz y las orejas puntiagudas.
-Soy el duende de la fuente.- dijo con voz aguda mientras enseñaba dos largos incisivos llenos de sangre.
Antonio salio corriendo, pero la criatura corria mas que el y le agarro de la cabeza y le metio en el sucio y frio lago de la cascada mientras reia con risa burlesca.
Poco después se recibio la noticia en el insituto de que cuatro chicos habian fallecido en el bosque. A lo cual un profesor en clase de Marta les recordo lo malo que era ignorar las normas forestales.
-Lo que yo creo- dijo ella poniendose en pie- es que deberiamos escuchar a nuestros ancianos en vez de reirnos de ellos.
Marta siguió haciendo la maleta sin hacerle mucho caso.
-Antonio- dijo al fin- no se si es buena idea todo esto.
-No iras a creer a tu abuela, no hay ningun duende en ese valle, ni se come a la gente
-Digas lo que digas no me apetece mucho ir, la abuela puede ser muy fantastica y supersticiosa pero siempre me ha dicho la verdad
-Esto es de coña- dijo el muy indignado y salio cerrando la puerta de sopeton.
Un dia después estaba sentado junto a otros tres chicos en el bosque.
-Jacinto- dijo Antonio- Deberias ir a por unos troncos para hacer leña.
-Ve tu, a mi que me cuentas.
-Bueno- dijo Gabriel- ire yo
Paso una hora y Gabriel no volvio.
-Jacinto- volvio a repetir Antonio- este gilipollas se ha vuelto a su casa, ve a buscar leña
-A mi que me cuentas, ve tu a por ella.
-Bueno- dijo Guillermo ire yo
Paso una hora y Guillermo aun no habia regresado.
-Esto es el colmo- gruño Antonio
-Yo me piro tio, esto es un coñazo- dijo Gabriel y se marcho.
Antonio un cuarto de hora después estaba andando de vuelta a su casa por el bosque; empezaba a anochecer y no encontraba el camino.
Entonces tropezo con algo, ¡¡¡un craneo humano!!, y entonces vio un monton de cráneos humanos en el suelo, y al lado una cascada entre musgo y helechos.
Antonio miro hacia alli y vio un ser espigado de color verde de dos metros y medio con los ojos enrojecidos y una larga nariz y las orejas puntiagudas.
-Soy el duende de la fuente.- dijo con voz aguda mientras enseñaba dos largos incisivos llenos de sangre.
Antonio salio corriendo, pero la criatura corria mas que el y le agarro de la cabeza y le metio en el sucio y frio lago de la cascada mientras reia con risa burlesca.
Poco después se recibio la noticia en el insituto de que cuatro chicos habian fallecido en el bosque. A lo cual un profesor en clase de Marta les recordo lo malo que era ignorar las normas forestales.
-Lo que yo creo- dijo ella poniendose en pie- es que deberiamos escuchar a nuestros ancianos en vez de reirnos de ellos.
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