El Invitado No Deseado

Henry salio de su casa y al poco tiempo llego su amigo Anthony en el coche.

-Que tal¿?- dijo Anthony mientras este subía

-Bien, nos va a caer bastante frío esta noche

-Pues si

-Las chicas van a venir al final¿?

-Pues eso espero porque sino va a ser una sosada

-La verdad es que no se que haríamos sin ellas

-Pues nada, son malísimas todas

-Pero es lo que hay

-Es lo que hay- dijo Anthony sonriendo

Pronto abandonaron la ciudad y comenzaron a internarse en el bosque, poco a poco el color gris del cielo, las finas gotas y el color gris de la carretera fueron dando paso al color blanco de la nieve y el verde de los árboles

-Aquí es- dijo Anthony

Henry vio un pueblo completamente abandonado con casas de madera medio derruidas con los tejados llenos de nieve

-Que coño hacemos hacemos aquí…

-Na, es una especie de velada de terror

-Que vamos a hacer, esperar a los ovnis¿? Fotografiar fantasmas¿?

-Jejeje, vamos a esperar a los demás, vamos a echar unas manos de tute

Así estuvieron una hora jugando a las cartas, después llegaron en otro coche y Phill y Jack y se unieron a ellos, y mas tarde Joel, Cristopher y Martin y estuvieron jugando, hablando, riendo y hablando de cosas de las que hablan los chicos cuando no tienen nada que hacer y se lo pasan bien entre ellos.

Cuando llegaron las chicas y Henry vio la minifalda de invierno que llevaba Melanie se emociono y mas cuando le dio dos besos… así paso el tiempo riendo, y la luz del día dio paso a la oscuridad de la noche entre el alcohol, tonterías, risas, griterío, fue alguien el que dijo algo que sobresalió entre los demás.

-Que es eso¿?

Al principio no se le escucho, pero se volvió a repetir

-Que es eso¿?

Esta vez alguno (o alguna) le hizo caso

-Que es eso¿?

Esta vez ya eran dos voces

-Grábalo!!!

Y allí estaba, ahora ya casi todos miraban, el alcohol, había hecho efecto pero no se reían, miraban atentos, pues mas allá de la espesura de la hierba había alguien o algo, que les observaba

-Estas grabando¿¿??

La figura estaba allí, a diez metros de ellos, entonces la vieron, media unos 40 centímetros y tenia un gorro puntiagudo, se movía de manera amenazante y les estaba mirando.

El grito fue unánime y la salida en tromba corriendo del cobertizo también, no pararon de correr hasta salir del pueblo.





-Borrachos, escandalosos y niñatos- dijo el guarda del lugar- me habéis hecho perder el tiempo-niñatos de ciudad- dijo el agente enfadadísimo a la mañana siguiente.

-Mire agente…-dijo el portavoz del grupo

-Largaos de aquí a hacer botellón a la ciudad y dejad a la gente tranquila, no os quiero ver más- y dicho esto se metió en su camioneta y se fue

Todos los chicos avergonzados volvieron a recoger sus cosas al cobertizo, pensando que todo había sido producto del alcohol cuando de repente se miraron aterrorizados pues allí en medio de la blanca nieve había un puntiagudo y rojo gorro de veinte centímetros.

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