DOS DE ESPADAS
Desde que nació estaba preparado para este momento, cumplir los 14 años significaba en su pueblo someterse al desafío que todos los varones debían de pasar para convertirse en adultos y dejar de ser críos. Ser adulto es tomar una espada para defender a los demás, tomar un caballo sobre el que cabalgar y tomar una mujer a la que engendrar hijos. Por ello, Clairith estaba muy entusiasmado, pero también en su interior, aunque no quisiera demostrarlo, estaba lleno de terror. Debía de someterse a la prueba de las dos espadas y aquello podía significar la muerte. Aquella noche, después de su juramento no pudo dormir, ni siquiera pudo cerrar los ojos; debían de suponer que en su fría y estrecha alcoba estaba dormido, pero no era así. De madrugada dos soldados corpulentos y de mentalidad agresiva le despertaron golpeando horriblemente su puerta y gritando con una voz sin compasión. Una jarra de agua fría, meterse en unos harapos y un mordisco de pan fue l...